viernes, 4 de julio de 2014

Yo mujer: conexión cuerpo y alma.


Si hay algo que agradezco de la crianza que me dieron mis padres, es que nunca me contaron el cuento de la abejita que poliniza la flor, ni de la cigüeña, ni de la guagua que sale de un repollo, ni nada de eso.
Agradezco que hayan utilizado el vocabulario adecuado para referirse al pene y la vagina: nada de "pirulín", "la cosita", "ahí abajo".
Aprendí (desde que recuerdo) que las vida es vida a partir de la unión de un óvulo que proviene de los ovarios y un espermio que viene desde los testículos.
Supe también que las mujeres, menstruamos y no es que andemos "enfermas" y que desde el momento en que comenzamos a menstruar estamos biológicamente preparadas para ser madres.
Me enseñaron también que cuando estuviera junto a un compañero sexual y yo sintiera que mi sexo estaba "mojado", entonces es porque estaba excitada y que si quería tener relaciones sexuales debía cuidarme con algún anticonceptivo (ojalá la abstinencia cuando aún era adolescente) para no tener guagua siendo tan joven.
Supe que mi cuerpo era sagrado y que debía protegerlo siempre, y compartirlo con quien me hiciera sentir bien y me respetara.

Cuando era muy niña y apenas sabía leer, me regalaron un libro que explicaba todo esto de manera ilustrativa y didáctica, ideal para gente de mi edad. Yo me sentía tan feliz de haber recibido esa información que quería contarle a todos mis amiguitos y amiguitas del colegio, asi que partí con el libro y el resultado fue nefasto: mandar a llamar a mi madre porque era último de desubicado que yo, a esa edad, estuviera esparciendo esa información tan abiertamente.

Me imagino, que para mis padres la decisión de hablar de estos temas tan abiertamente fue algo que se propusieron como una meta importante en la crianza mía y de mi hermano, a raíz de su propia experiencia que fue todo lo contrario: un tema tabú. Y es lamentable descubrir que aún existen muchas familias y grupos sociales en que la sexualidad y la menstruación son temas difíciles de tocar.

Agradezco la oportunidad de poder hablar y escuchar a otros sobre diferentes experiencias sexuales, de masturbación, de la menstruación y la vinculación y opinión personal que cada uno tiene al respecto.

Me gusta poder decir que vivo mi sexualidad plenamente, independiente de si tengo o no un amante. Que no tengo pudor de hablar de sexo y reconocer el placer que me genera. Gracias al Universo por premiarnos con ese bendito micro órgano llamado CLÍTORIS, que nos transforma en seres multiorgásmicas.

También me siento orgullosa de apreciar el valor y el milagro de experimentar el CICLO MENSTRUAL y no sentir asco de él, porque es un proceso maravilloso que nos hace únicas, nos empodera y nos llena de valor. Definitivamente nos hace más fuertes. 
Gracias a esa sangre que es rica en nutrientes para recibir a la posible nueva vida que podremos contener en nuestro útero, y que de no ser así, baja a la tierra para nutrirla.

Gracias al Universo por premiarme en esta vida siendo mujer y tener la posibilidad de transformarme en madre y ser canal para una nueva vida. Espero algún día poder vivir ese gran milagro.

¡Soy una mujer que quiere decirle a todas sus compañeras de género que somos una suertudas! Que somos hadas y brujas poderosas, capaces de cambiar el mundo y que esto explica en muchas ocasiones el sometimiento y tortura a las que hemos sido expuestas históricamente.

A mis compañeros hombres, guerreros hermosos, quiero decirles que no me interesa competir con ellos, yo prefiero COMPARTIR...no acepto ni un patriarcado ni un matriarcado, porque apuesto por la construcción de una sociedad en comunión y equilibrio, donde hombres y mujeres aportan dones y recursos que se potencian y hacen magia.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por ser MUJER

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