martes, 17 de marzo de 2015

Confieso...Manifiesto de un amor.

No sé ni por dónde empezar…son tantas las cosas que me provocas que no sé a qué referirme primero…
Supongo, que debo partir desde el principio.

Intentaba leer un libro, para iniciar lo que había decidido que fueran unas vacaciones a solas conmigo…Pero me hablaste. Y me miraste con esos ojos grandes y profundos. Y me sonreíste. Y parece que ahí, fue la primera vez que me enamoré de ti.

Te observé detenidamente y supe inmediatamente que quería que me abrazaras con tus brazos grandes y que me tocaras y acariciaras con tus manos que prometieron ser suaves, amables y fuertes…Después, no pude dejar de mirar tu boca. Y así supe, que quería que me besaras.

Más tarde, cuando logré concentrarme más en nuestra conversación multilenguas, descubrí que me encantaba escuchar lo que querías contar y al mismo tiempo, me sentía muy libre de poder hablarte de lo que fuera. Podía ser yo misma…y todo estaba bien.

Pero fue así…fugaz. Con suerte aprendimos nuestros nombres cuando ya nos tocaba despedirnos. Y ahí supe otra cosa: no sería la última vez que nos veríamos.

Confieso: quise olvidarte.
Quise hacer como si nunca te hubieras cruzado en mi camino, porque con tu alma linda, tu frente amplia, tu cabello largo, tu sonrisa rica, tus ojos grandes, tus manos suaves, tus brazos cálidos y todo TÚ; me estabas sacando de mi propósito, que era volver a conquistarme a mí misma.

Después de unos días, casi caigo en la tentación de correr a tus brazos, pero aún necesitaba más tiempo conmigo, porque estaba segura de que no me iban a faltar ganas de quedarme contigo por algo más que un día…digamos que sería algo así como un “para siempre”. Y la verdad es que no necesito un hombre para siempre, necesito un buen compañero.

Pasaban los días…y ahí estabas tú. En una ventana virtual. Breve, pero siempre atento. “¿Cómo estás?”, “¿Dónde estás?”... Y de pronto, comenzamos a crear un plan, un reencuentro…o quizás era un nuevo descubrimiento.

A esa altura, yo ya estaba muy enamorada de mí. Disfrutando de cada uno de los lugares que había visitado, en mi propia compañía, libre y feliz. Sentía que ya podía enfrentar mis antiguos miedos, y mostrarte lo mejor de mí, porque creo que lo mereces.

Llegó el día del reencuentro y me volví a enamorar, por segunda vez!

Y así fue, como en 3 días, fuiste el mejor compañero que he tenido en mi vida, hasta ahora.
Un buen compañero para mí, es alguien que sabe compartir y disfrutar cada momento. Que gusta de una buena conversación, que hace el amor maravillosamente, que resuelve ciertas circunstancias sin actitudes dramáticas, generoso, sincero y capaz de mirar a los ojos, amable, cariñoso y alegre. Un hombre real. Me imagino que debes tener defectos, como todo el mundo, y me hubiera encantado poder tener más tiempo para conocerlos.
Yo espero, haber sido una buena compañera para ti también. A pesar de que estando contigo, me vinieron a molestar unos fantasmas del pasado, los miedos y las inseguridades que creía haber superado en los días en que viajé sola. En un momento, sentí tanto miedo que estuve a punto de salir corriendo, de levantarme de la cama en medio de la noche y tomar el primer tren que me llevara lejos de ahí.  
Pero el Universo me habló y me dijo: “anda a dormir, y disfruta el estar ahí”

Y así lo hice…disfruté contigo hasta el último momento: cada abrazo, beso, caricia, risa…
Luego de dejarnos ir, al menos físicamente, solo he tenido palabras de agradecimiento hacia el Universo (o Dios, como quieras).

Confieso, otra vez: debo decir que te quiero. Y acá estoy enfrentando mis miedos una vez más, haciendo una declaración de amor pública, que puede traer cualquier tipo de consecuencias…pero así soy yo, intensa, romántica y tal vez, un poco arriesgada.

Es probable que no entiendas lo importante que eres en este momento de mi historia…

Gracias, porque con lo que entregaste en esos días confirmaste mi concepto acerca del amor: compartir respetando la esencia personal de cada uno, y que la máxima expresión de ello surge de la voluntad de querer estar ahí, de hacerlo posible.

Gracias por haber sido hombre y compañero.


Te quiero.

PD: tus manos, cumplieron la promesa.

domingo, 15 de marzo de 2015

Viajo, luego existo.


A propósito de viajar y de la nota anterior...

Aaaaaah!!...Viajar!!
Hace dos semanas regresé de un viaje a Italia...En mis 30 años de vida es primera vez que salía del país. Nunca fui ni a Argentina, ni Perú, ni Bolivia; países hermanos y con quienes compartimos fronteras. Tampoco fui nunca a Brasil, destino favorito de miles de chilenos y que es típico de giras de estudio colegial...Sin embargo, había tenido el gusto y la felicidad de haber viajado a algunos (y aunque pocos) lugares dentro de Chile y siempre me había sentido feliz...sobre todo en mi querido San Pedro de Atacama que tanto amo y que tanto amor me ha dado a mi.

Partir a un país así, a la vida, sin saber parlar italiano, ni tampoco una pizca de inglés (el "idioma universal"), fue una gran experiencia. Tenía muchas expectativas respecto al viaje y al mismo tiempo, ninguna.
Mis amigos y mi familia especulaban y comentaban: "ésta no va a querer volver", "se va a quedar por allá", "va a encontrar al amor de su vida"...En cambio yo, en lo único en que pensaba era en que podría estar un mes a solas conmigo, recorriendo cada rinconcito que se me antojara.

La verdad es que no se alejaron tanto de lo que es hoy mi realidad...Han pasado dos semanas desde que volví a mi natal Chile y aún me siento recorriendo Italia, en especial Florencia (Firenze) que fue mi ciudad favorita, tengo cada momento vibrando en mi corazón y en mis recuerdos...Claramente, no quería volver y también podría afirmar que encontré el amor.
También es cierto que pasé mucho tiempo a solas y eso fue maravilloso. Caminé todo lo que quise, y es que en las ciudades italianas todo es perfectamente caminable.

Tantas aventuras juntas, situaciones que eran casi un acto de magia y algunas hermosas personas que se han vuelto significativas para mi...

Sentí que ese país me trataba como a una hija, a quien protegía y guiaba sus pasos, que le regalaba a las personas más dulces para acompañar los momentos precisos y preciosos. Fui su hija caprichosa. Hice lo que quise y todo estuvo siempre muy bien!

Este viaje, me abrió el alma y todos los canales de mi ser...Me conectó con la niña, la mujer, la aventurera, la valiente, la apasionada, la intelectual, la liberal, la gozadora...que soy. Me enamoré de mi. Encontré el amor en mi. Y es hermoso!!!

Conocí a un compañero. Un hombre. Real. De carne y hueso. A través de él, también conocí el amor...Debo confesar, que me enamoré. Sentí tanto al compartir con él que es digno de una nota aparte.

Conocí a un abuelo. Hermoso. Creo que más que nadie logró ver mi esencia. Eso debe ser por sus años, conocer la vida.

Conocí a una mujer, madre de familia de dos hermosos niños (un niño y una niña), y fiel compañera de un hombre lindo como ella. Conocí una familia exquisita y acogedora. La niña, que es la menor, hace una manicure con tanto amor que logra ser la mejor de todas...ningún salón de belleza se le puede comparar porque lo que ella entrega es desde el corazón.

Conocí a una joven, que tuvo la suerte de comenzar a viajar mucho antes que yo. Muy apegada a su fe católica, pero que creo que comenzará a ver muy pronto que Dios es mucho más que una iglesia.

Conocí a una mujer generosa, capaz de hacer todo para dar lo mejor de sí. 

Este viaje, las experiencias, las personas, los momentos, cada rincón me hicieron entender que estoy viva!!...Que la vida es una sola y que hay que aprovechar cada segundo!! Me mostró que la existencia es para gozarla intensamente. Este viaje, fue volver a existir.Y es así, que ahora me quiero comer el mundo con los ojos!! 

Viajo, luego existo.


miércoles, 11 de marzo de 2015

Historia de un árbol de mujeres fuertes

Hubo una vez, una mujer valiente y de espíritu aventurero. Una mujer que rompió todas las reglas de sus tiempos y de su familia, que quiso conocer el mundo y aprender todo aquello que jamás hubiera aprendido si se hubiera quedado en lo que era costumbre.
Yo la admiro…me inspira.
En su viaje, conoció el amor…
Me encantaría poder saber más acerca de esa historia, cada detalle: la primera mirada, cómo y dónde se conocieron, su primer beso y su primera vez haciendo el amor. Aunque a veces, no sé si fue tan romántico como lo imagino, pero quiero creer que sí.
Ella nunca ha hablado de esto.
Ese amor, que no sé cuánto tiempo habrá durado, dio un hermoso fruto… Un niño, que ha sido amado mucho más allá de la ausencia de ese hombre que aun sintiendo amor, fue superado por el miedo.
El amor que recibió ese niño, se proyectó a la siguiente generación y seguirá así por muchas más.
En virtud de los hechos, de una ruptura amorosa probablemente llena de dolor, esta valiente guerrera tomó decisiones (bien o mal) con el único objetivo de que su hijo contara con una familia, más allá de ella. Creo, que debe haberse equivocado mucho en el camino, que con su actuar dañó a más de alguien, incluso a su propio hijo que ahora era el verdadero amor de su vida, y el único…¿Pero quién puede juzgarla? En algún momento de mi juventud critiqué cada uno de los pocos detalles que conozco de su historia, hasta que se me ocurrió tratar de meterme en sus zapatos y me di cuenta que con todo lo que puedo llegar a imaginar en mi mente, jamás podría saber realmente qué es lo que hubiera hecho yo…
Hoy por hoy, la observo cansada, con una pena que se le sale por los poros pero que es abrazada por la gratitud de ver que su vida y sus decisiones han llegado a buen puerto: el amor ha tomado forma de amigas, de una comunidad que tiene que ver con su fe y de nietos que van cumpliendo sus sueños.
A su nieta mayor, le ha dicho que salga a conocer el mundo, tal como lo hizo ella, y que vea lo hermoso que es para poder contar en muchos años más que tuvo una juventud hermosa, con recuerdos alegres y cargados de aprendizajes que la conducirán a una vejez feliz, sin arrepentimientos. La nieta, le hizo caso y ya comenzó su viaje, sin boleto de regreso.

Yo creo que su nieta vivirá tantos años como los que ella lleva, y más…porque también, es atrevida, valiente y aventurera. Guerrera épica. Se enfrenta a sus propios demonios y cada vez les gana más batallas, ahora mismo está a punto de coronarse como la dueña de su vida. La batalla que está dando ahora la ha transformado en una mujer más libre, entera y consciente.  Está creando el acto psicomágico que la llevará a abrazar el amor que se agita desde lo más profundo de su corazón para salir por cada milímetro de su cuerpo y el brillo de sus ojos, para ser compartido con quienes tengan el mismo coraje que ella, sin miedo alguno.

El amor, es su espejo favorito.