domingo, 20 de julio de 2014

Cosquillas en el corazón.

Cosquillas en la guata, cosquillas en el corazón.
Dolor en la guata, dolor en el corazón.
Simultáneamente.

Alguien, en medio de este Universo me hace sentir cosquillas en el corazón. También en la guata. Me da la impresión de que me tiene que entregar algo más de lo que me dio en un momento y no quiero que crea que lo siento como una deuda. Lo siento porque lo merecemos. Pero debe pasar más agua bajo el puente, algo más tenemos que aprender antes de re-conocernos.

Otro alguien, me hizo sentir desde el principio dolor de guata...para luego transformarse en dolor de corazón. Hoy, me hace sentir cosquillas en la guata, pero no en el corazón...y es que recuerdo con cariño lo bueno que fue en algunos momentos, y escogí quedarme con eso. Porque lo malo, ya me enseñó varias cosas y lo agradezco.

El cuerpo que nos habla y nos manifiesta lo que la sabiduría del alma nos quiere contar...quiero obedecer a esa energía que viene de adentro hacia afuera, pues, seguro podré tomar mejores decisiones.

También es importante reconocer que la mente tiene la misma fuerza que el corazón para hablarnos, la diferencia es que a ella podemos controlarla. El corazón, en cambio, tiene vida propia.
Cuando no controlamos la mente, nuestro cuerpo se enferma, por eso debemos nutrirla de pensamientos positivos y tendremos como resultado un cuerpo vivo, en armonía con la sabia esencia del corazón.

Escuchemos lo que nuestro corazón y nuestras vísceras (la guata) nos dicen respecto a las personas, a nuestras decisiones y a los instantes que van conformando la vida, porque el camino será guiado por la sabiduría del Universo.



domingo, 13 de julio de 2014

Ser niña, siempre

Ser niña de nuevo...o mejor, nunca dejar de serlo. Es algo en lo que he estado reflexionando durante los últimos días y que con distintas situaciones, la vida me lo ha estado gritando con fuerza: "escribe acerca de tu SER NIÑA".
Creo (y agradezco) que nunca he dicho que me gustaría volver a cierta época de mi vida. Y para mí, eso es una excelente señal, pues cada etapa ha sido importante y ha significado nuevos aprendizajes. Es probable que algunos momentos los pueda etiquetar como dolorosos, o hasta "sin brillo" pero cada uno tiene un valor y ha contribuido a lo que soy ahora.
Sin embargo hoy, quiero hablar de la niña que fui y que afortunadamente sigue habitando en mí, especialmente en este momento de mi vida en que he tomado importantes decisiones y he dejado aflorar mi creatividad y la capacidad de hacer cosas sin miedo a equivocarme.

Tuve una infancia muy feliz, afortunadamente. Soy la integrante más joven de una familia compuesta por mis padres y mi hermano...Esperada con ansias por cada uno de ellos.
Mi hermano, siempre supo que yo era una niña y por lo tanto, no tardó en darme mi nombre, María Paz.

Ser niña, fue maravilloso. Jugué mucho, y por suerte no necesitaba de alguien más para entretenerme porque mi curiosidad y mi imaginación no me daban tiempo de aburrirme, por lo cual si no habían otros niños o niñas para jugar, yo ni lo notaba.

Era un niña que hasta los 2 años no hablaba nada. Mi mamá, preocupada, le preguntó al pediatra qué podía hacer...le recomendó que pusiera música infantil. Y así fue como Mazapán me hizo hablar, porque yo trataba de cantar las canciones. Hasta el día de hoy, mi mamá no sabe si fue una buena idea, por dos razones. Primero, es que canto pésimo, desafinada hasta decir basta y que me valiera el debut y despedida del coro del colegio. Segundo, porque hablo hasta por los codos.
Aún recuerdo que la palabra "película" fue una de las que más me costó aprender ha decir...tenía más de 4 años y aún no lo lograba. Pasé por varios intentos, "pecuquica", "picacuca" y "pequicuca".

Recuerdo lo mucho que me gustaba andar bailando por ahí, apenas escuchaba la música. Cuando íbamos al cine, a mi mamá le resultaba imposible mantenerme sentada, porque apenas sonaba la primera canción me levantaba y me ponía a bailar y sacaba a todos los otros niños...Era inquieta.
Me disfrazaba de lo que fuera con lo primero que pillaba: un día era princesa, al otro bruja, al rato me transformaba en doctora y luego en bailarina.
Me gustaba mucho jugar con barro y con las plantitas a hacer comidita.
Me gustaba tanto jugar que mi mente no conectaba con mi vejiga y habitualmente me orinaba. Cuando ya estaba en el colegio, casi todos los días volvía a la casa con ropa de "repuesto" porque me había hecho pipí...Pero es que ir al baño no valía la pena frente a todo el mundo que había creado en mi mente. Hoy, puedo hacer una confesión: hace muy pocas semanas atrás, estaba tan concentrada en mis proyectos y mi mente tan fuertemente conectada con mi corazón, que me sucedió otra vez: me oriné...tan abundantemente que me obligó a tener que salir a comprar una prenda nueva porque no estaba en mi casa.

También me acuerdo del descubrimiento de mi cuerpo, entero, pero por supuesto, lo que más curiosidad me dio y lo que investigué por harto tiempo, fue mi vagina. No entendía porque la mía no tenía pelos como la de mi mamá...y me acuerdo de haberme parado frente al espejo para abrirla y cerrarla y ver qué había detrás de esa línea vertical que tenía justo debajo de mi vientre y entre mis piernas. Recuerdo haber intentado oler y sentir sabores, introducirme lápices de colores y ver qué pasaba. ¡Fue todo un mundo!

Y si hablo de mis ganas de aprender a leer, me salta el corazón de alegría. Mis papás optaron por enviarme a pre-kinder porque no dejaba a mi hermano en paz...me metía en sus cuadernos, quería hacer tareas y usar mochila, igual que él. Nunca lloré cuando me fueron a dejar, es más, para mí, que se abriera la puerta del colegio para conocer a otros niños y niñas y hacer actividades con lápices y témpera y plasticina y tantos otros materiales más, fue lo máximo. No sufrí con el desapego. Pasaba el tiempo y yo quería leer. Le pregunté a mi familia cuando sería eso y me dijeron "en primero básico". Por fin llegó el primer día de clases de primero básico y yo volví indignada a la casa porque seguía sin saber leer ni un poco. Ahí fue cuando me explicaron que eso sería un proceso que tardaría un buen tiempo porque me tenían que enseñar el abecedario y algunas "reglas". Al mes, ya leía de corrido.
En ese momento apreció Papelucho y otros libros más que me hicieron reír y que potenciaron aún más mi imaginación y mi curiosidad.

Pienso, que si pudiera enfrentarme a la niña que fui, me caería muy bien (modestia aparte) porque fui una niña con ganas de conocer muchas cosas, con una capacidad de crear e imaginar sin límites. En mi mente era todo a color y en HD.
Hoy me siento muy conectada con esa niña. La quiero y la abrazo. Le aplaudo y le digo que no se detenga porque en ella está la magia que vivo hoy como adulta. Me da vida, me quita el miedo.

Cuando nos enfrentemos a un niño no neguemos nunca la respuesta a sus "¿por qué?". Evitemos decirles "no lo hagas", permitamos que se equivoque, que se caiga y que pruebe sabores malos...¡están descubriendo! Por su puesto, todo esto entendiendo que no los vamos a estar exponiendo a un grave peligro.
Dejemos que los niños vuelen y sueñen, porque se transformarán en grandes artistas, científicos, pensadores, o lo que quieran, que darán resultados cargados de creatividad y magia.
Enseñémosles a no dejar nunca de ser niños.
Este mundo, va a ser mejor cuando todos abracemos al niño que fuimos.







viernes, 4 de julio de 2014

Yo mujer: conexión cuerpo y alma.


Si hay algo que agradezco de la crianza que me dieron mis padres, es que nunca me contaron el cuento de la abejita que poliniza la flor, ni de la cigüeña, ni de la guagua que sale de un repollo, ni nada de eso.
Agradezco que hayan utilizado el vocabulario adecuado para referirse al pene y la vagina: nada de "pirulín", "la cosita", "ahí abajo".
Aprendí (desde que recuerdo) que las vida es vida a partir de la unión de un óvulo que proviene de los ovarios y un espermio que viene desde los testículos.
Supe también que las mujeres, menstruamos y no es que andemos "enfermas" y que desde el momento en que comenzamos a menstruar estamos biológicamente preparadas para ser madres.
Me enseñaron también que cuando estuviera junto a un compañero sexual y yo sintiera que mi sexo estaba "mojado", entonces es porque estaba excitada y que si quería tener relaciones sexuales debía cuidarme con algún anticonceptivo (ojalá la abstinencia cuando aún era adolescente) para no tener guagua siendo tan joven.
Supe que mi cuerpo era sagrado y que debía protegerlo siempre, y compartirlo con quien me hiciera sentir bien y me respetara.

Cuando era muy niña y apenas sabía leer, me regalaron un libro que explicaba todo esto de manera ilustrativa y didáctica, ideal para gente de mi edad. Yo me sentía tan feliz de haber recibido esa información que quería contarle a todos mis amiguitos y amiguitas del colegio, asi que partí con el libro y el resultado fue nefasto: mandar a llamar a mi madre porque era último de desubicado que yo, a esa edad, estuviera esparciendo esa información tan abiertamente.

Me imagino, que para mis padres la decisión de hablar de estos temas tan abiertamente fue algo que se propusieron como una meta importante en la crianza mía y de mi hermano, a raíz de su propia experiencia que fue todo lo contrario: un tema tabú. Y es lamentable descubrir que aún existen muchas familias y grupos sociales en que la sexualidad y la menstruación son temas difíciles de tocar.

Agradezco la oportunidad de poder hablar y escuchar a otros sobre diferentes experiencias sexuales, de masturbación, de la menstruación y la vinculación y opinión personal que cada uno tiene al respecto.

Me gusta poder decir que vivo mi sexualidad plenamente, independiente de si tengo o no un amante. Que no tengo pudor de hablar de sexo y reconocer el placer que me genera. Gracias al Universo por premiarnos con ese bendito micro órgano llamado CLÍTORIS, que nos transforma en seres multiorgásmicas.

También me siento orgullosa de apreciar el valor y el milagro de experimentar el CICLO MENSTRUAL y no sentir asco de él, porque es un proceso maravilloso que nos hace únicas, nos empodera y nos llena de valor. Definitivamente nos hace más fuertes. 
Gracias a esa sangre que es rica en nutrientes para recibir a la posible nueva vida que podremos contener en nuestro útero, y que de no ser así, baja a la tierra para nutrirla.

Gracias al Universo por premiarme en esta vida siendo mujer y tener la posibilidad de transformarme en madre y ser canal para una nueva vida. Espero algún día poder vivir ese gran milagro.

¡Soy una mujer que quiere decirle a todas sus compañeras de género que somos una suertudas! Que somos hadas y brujas poderosas, capaces de cambiar el mundo y que esto explica en muchas ocasiones el sometimiento y tortura a las que hemos sido expuestas históricamente.

A mis compañeros hombres, guerreros hermosos, quiero decirles que no me interesa competir con ellos, yo prefiero COMPARTIR...no acepto ni un patriarcado ni un matriarcado, porque apuesto por la construcción de una sociedad en comunión y equilibrio, donde hombres y mujeres aportan dones y recursos que se potencian y hacen magia.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por ser MUJER

martes, 1 de julio de 2014

La sensatez que habita en la locura.

Sabias palabras de un loco callejero Aparece así en Youtube.
Y sí, es un loco. 
Si lo miramos, podemos notar en la forma en que abre sus grandes ojos verdes. O en lo efusivo de sus expresiones. O en lo atoradas que salen algunas de sus frases. Sí, es un loco.
Sin embargo, sus palabras están cargadas de sensatez para mi...Vivir ahora, amar ahora y dejar de juzgar para ser realmente libres.
Y pienso en como vivimos la mayoría de los mortales (supuestamente cuerdos) y en lo difícil que se nos vuelve esto. En mi caso, creo que en lo que respecta a "vivir ahora" y "amar ahora", he aprendido bastante aunque creo que es algo constante pues justamente la vida son muchos "ahora".
Pero el no juzgar creo que es lo que más cuesta, definitivamente...siempre estamos "arreglando el mundo" con lo que creemos que es mejor y en cómo debieran ser las cosas o las personas.
Quisiera conocer a alguien que sea capaz de todo eso...de ser como nos dice el loco, ¡las cosas serían tan diferentes!

El discurso, tal y como están las cosas hoy en día, es idealismo puro. Pero desde ahí parte todo: una idea, una visión, un deseo...Y a continuación, debemos pasar a la acción, a lo concreto...y vuelvo a insistir: ahí está la dificultad, mas no creo que sea imposible...es un trabajo constante. Crecer con una convicción tan lúcida como lo hace este loco callejero es algo que se construye día a día, con cada nueva experiencia, sacando el mejor provecho y compartiendo con otros.

¡¡Quiero la sensata locura!!