domingo, 15 de marzo de 2015

Viajo, luego existo.


A propósito de viajar y de la nota anterior...

Aaaaaah!!...Viajar!!
Hace dos semanas regresé de un viaje a Italia...En mis 30 años de vida es primera vez que salía del país. Nunca fui ni a Argentina, ni Perú, ni Bolivia; países hermanos y con quienes compartimos fronteras. Tampoco fui nunca a Brasil, destino favorito de miles de chilenos y que es típico de giras de estudio colegial...Sin embargo, había tenido el gusto y la felicidad de haber viajado a algunos (y aunque pocos) lugares dentro de Chile y siempre me había sentido feliz...sobre todo en mi querido San Pedro de Atacama que tanto amo y que tanto amor me ha dado a mi.

Partir a un país así, a la vida, sin saber parlar italiano, ni tampoco una pizca de inglés (el "idioma universal"), fue una gran experiencia. Tenía muchas expectativas respecto al viaje y al mismo tiempo, ninguna.
Mis amigos y mi familia especulaban y comentaban: "ésta no va a querer volver", "se va a quedar por allá", "va a encontrar al amor de su vida"...En cambio yo, en lo único en que pensaba era en que podría estar un mes a solas conmigo, recorriendo cada rinconcito que se me antojara.

La verdad es que no se alejaron tanto de lo que es hoy mi realidad...Han pasado dos semanas desde que volví a mi natal Chile y aún me siento recorriendo Italia, en especial Florencia (Firenze) que fue mi ciudad favorita, tengo cada momento vibrando en mi corazón y en mis recuerdos...Claramente, no quería volver y también podría afirmar que encontré el amor.
También es cierto que pasé mucho tiempo a solas y eso fue maravilloso. Caminé todo lo que quise, y es que en las ciudades italianas todo es perfectamente caminable.

Tantas aventuras juntas, situaciones que eran casi un acto de magia y algunas hermosas personas que se han vuelto significativas para mi...

Sentí que ese país me trataba como a una hija, a quien protegía y guiaba sus pasos, que le regalaba a las personas más dulces para acompañar los momentos precisos y preciosos. Fui su hija caprichosa. Hice lo que quise y todo estuvo siempre muy bien!

Este viaje, me abrió el alma y todos los canales de mi ser...Me conectó con la niña, la mujer, la aventurera, la valiente, la apasionada, la intelectual, la liberal, la gozadora...que soy. Me enamoré de mi. Encontré el amor en mi. Y es hermoso!!!

Conocí a un compañero. Un hombre. Real. De carne y hueso. A través de él, también conocí el amor...Debo confesar, que me enamoré. Sentí tanto al compartir con él que es digno de una nota aparte.

Conocí a un abuelo. Hermoso. Creo que más que nadie logró ver mi esencia. Eso debe ser por sus años, conocer la vida.

Conocí a una mujer, madre de familia de dos hermosos niños (un niño y una niña), y fiel compañera de un hombre lindo como ella. Conocí una familia exquisita y acogedora. La niña, que es la menor, hace una manicure con tanto amor que logra ser la mejor de todas...ningún salón de belleza se le puede comparar porque lo que ella entrega es desde el corazón.

Conocí a una joven, que tuvo la suerte de comenzar a viajar mucho antes que yo. Muy apegada a su fe católica, pero que creo que comenzará a ver muy pronto que Dios es mucho más que una iglesia.

Conocí a una mujer generosa, capaz de hacer todo para dar lo mejor de sí. 

Este viaje, las experiencias, las personas, los momentos, cada rincón me hicieron entender que estoy viva!!...Que la vida es una sola y que hay que aprovechar cada segundo!! Me mostró que la existencia es para gozarla intensamente. Este viaje, fue volver a existir.Y es así, que ahora me quiero comer el mundo con los ojos!! 

Viajo, luego existo.


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